A veces los papás sienten que van a explotar. Cualquier cosa puede provocarlo: un berrinche de los niños, un malentendido en el supermercado o un email con un problema en el trabajo de último momento. La ira eleva la presión sanguínea por encima de los niveles normales, lo cual es negativo para su salud. También, pueden tener una mala reacción hacia los demás.
El problema de fondo es el estrés continuo, que sin dudas es necesario aprender a controlar y manejar para el bienestar tanto de los grandes como de los chicos del hogar.
El primer paso es reconocer la situación. De acuerdo a la Guía de Crianza Positiva difundida por la fundación Ounce of Prevention de Florida, Estados Unidos, estos son algunos de los signos del estrés:
- sentir cansancio continuo
- hablar de mala manera a familiares y amigos
- no poder tomar decisiones
- cambios en los hábitos de sueño (muchas horas, o pocas) y alimentación (no querer comer o comer de más)
- dolores de cabeza y/o dolores de estómago
- tensión muscular que provoca dolor en el cuello, espalda
- dificultades para concentrarse
Algunas primeras pautas para el día a día es programar las tareas y ordenarlas según su importancia, e intentar hacer más llevaderos los quehaceres de todos los días junto a los niños. Estas pautas te pueden ayudar:
- Planea los quehaceres para después del desayuno, cuando ellos no están cansados ni tienen hambre.
- Trata de estar siempre lista para cuando lo necesiten. Para un bebé, lleva todo para cambiar los pañales, ropa, un juguete pequeño, chupete y biberón si no está amamantando. Para niños más grandes, asegúrate de tener un snack a mano.
- Un toldo removible en las ventanas del coche evitará que el sol afecte a tu hijo y hará que los paseos sean más agradables.
- Menos es más: limita la cantidad de tareas que quieres terminar por día. Recuerda que los bebés pueden sentirse sobre estimulados cuando hay mucha actividad, y los niños pequeños se aburren al estar sentados o esperando mucho tiempo.
- Busca ayuda de un familiar o amigo si tienes varios niños.
Cinco consejos
Aunque tengas precaución, la ira puede tomar control de la situación (y de los papás). Aquí van cinco consejos más para controlar ese enojo:
1. Respira. Relájate y respira profundo. Cuando exhales, imagina que tu ira se va junto con el aire de tu respiración. Hazlo una y otra vez hasta que te sientas tranquila.
2. Libérate de la ira. Usa métodos seguros como hacer ejercicio en forma regular, hablar con amigos, limpiar o regar las plantas. Lo que funcione para ti.
3. Perdona y olvida. Una forma de liberar el dolor emocional es aprender a perdonar a quienes nos causan dolor y tristeza. No significa que debas contactar a esa persona, se trata de perdonar para lograr paz interior.
4. Haz ejercicio. Cuando corremos, nadamos, jugamos un deporte o simplemente tomamos una clase en el gimnasio, aumentan nuestras endorfinas. Al hacer ejercicios que nos gustan y disfrutamos esa rabia puede convertirse en felicidad.
5. Escucha música relajante. La música puede calmarnos y darnos tranquilidad. Tómate 20 minutos para escuchar temas anti estrés para ti respirando profundo.
Por último, consulta con un profesional de confianza y busca ayuda si sientes que no puedes reducir los niveles de estrés fácilmente o manejar la ira.
Fotografía: iStock / Ridofranz
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